Las nuevas taquillas se agrupan en un único volumen que incorpora un punto de información, sirviendo de excusa para racionalizar pasos y circulaciones y, a la vez, dignificar el entorno cercano.
El pequeño edificio se entiende como un volumen puro de estructura metálica en el que se van alternando paramentos vidriados i cerramientos de chapa de acero corten.
Transparencia y opacidad, en una intencionada relación cambiante, con elementos móviles. Dos puertas correderas de chapa corten que cierran las partes vidriadas dejando dos fachadas totalmente cerradas.
La fachada de las taquillas y su opuesta tienen elementos con rejas que admiten una relación cambiante con el entorno, de manera que no acaban de perder nunca la transparencia.
Funcionalmente, la planta está dividida en dos mitades correspondientes a las taquillas y al punto de información. El acceso a la zona destinada a información se produce desde el frente orientado a la muralla del recinto, con visuales cruzadas hacia la avenida.
Un paramento de mobiliario y vidrio separa interiormente la zona de taquillas. Una puerta interior comunica ambas partes.
Punto de venta de entradas pero, sobre todo, punto de reclamo de aquello que el visitante descubrirá en el interior del Poble Espanyol de Montjuïc.
COAUTORES: J. Carreté, M. Barba i E. Montané.
